Descripción
El alcoholismo es una enfermedad caracterizada por la dependencia física hacia el alcohol. Un alcohólico no posee control sobre su consumo y su grado de tolerancia al alcohol suele ir aumentando. Cuando su ingesta es interrumpida (de 12 a 24 sin beber), se manifiestan los síntomas de abstinencia. Estos síntomas son como una resaca pero de mayor duración e intensidad (dolor de cabeza, deshidratación, náuseas, debilidad, escalofríos).
Las causas del alcoholismo son muy variadas; dependen de las condiciones socioculturales de cada persona. Entre ellas se pueden distinguir la ansiedad, la depresión, la inseguridad, los conflictos en relaciones interpersonales y la facilidad para conseguir el alcohol debido a la aceptación social de su consumo.
En el tratamiento del alcoholismo es muy importante la motivación del paciente y del terapeuta para conseguir la abstinencia, y en ella se pueden describir varias fases. La primera fase es la de contacto inicial, en la que es fundamental conseguir una buena relación para un favorable desarrollo del tratamiento. En la segunda se realiza el tratamiento del síndrome de abstinencia (mal llamada “fase de desintoxicación”). La última fase es la de consolidación y mantenimiento de la abstinencia o de deshabituación, y es precisamente en esta fase cuando las técnicas psicoterapéuticas se utilizan de manera preponderante.