Descripción
Habituados como estábamos a naturalizar las relaciones de poder, los juslaboralistas y otros expertos en relaciones laborales argentinos tardamos más de la cuenta en advertir que no bastaba con el dogma de que el régimen normativo laboral era compensatorio de desigualdades que se dan, invariablemente, en las relaciones sociales de trabajo. Ese retraso intelectual se traducía en una insuficiencia manifiesta de abordaje jurídico de las múltiples manifestaciones de la violencia en el trabajo, en general, y la discriminación peyorativa, en particular.